Ayer corrí la Cursa de la Mercè (aquí la crónica de mi amigo Roger) con un resultado nada malo. Temía que la cosa fuera un poco peor debido a que el viernes me vi obligado (lo de «obligado» es un decir, jeje) a assistir a un cumpleaños y la cosa se alargó hasta las 6 de la mañana. Evidentemente pasé todo el sábado destrozado. Aún con ese punto de partida conseguí un resultado nada decepcionante: 10km en 46 minutos, lo cual, teniendo en cuenta que mi marca en 10km es de 44min, no es una mala carrera. Incluso no descartaría poder superar mi marca si no fuera por la aglomeración de gente que se produce durante el primer i parte del segundo kilómetro en este tipo de carreras. Pero eso ya se verá.
Hoy he tenido entreno de triatlón. Dado que ayer corrí la Cursa de la Mercè hoy ha tocado sesión de tronco en la sala de máquinas: bíceps, pectoral, tríceps, dorsal y abdominales. Después de 1 hora y poco ha tocado visitar la piscina. Esta vez 2150 metros en 55-60 minutos. Tras el remojón una buena sesión de relajación en la piscina caliente con unos flotadores para quedarme medio dormido sin tener que preocuparme de mi flotación.
Las sensaciones que tengo de cara a la triatlón son muy buenas. Motivación muy muy alta, entrenamientos supuestamente duros que termino sin estar excesivamente cansado y un dominio de la peor de mis pruebas (la natación) que va en aumento. Ya veremos como evoluciona la cosa en las próximas semanas, pero la Garmin Triathlon Barcelona 2010 no pinta nada nada mal.
Rendirse no es una opción 